sábado, 26 de marzo de 2016

Viento

Como si la puta locura fuera mi culpa, no basta con pedir perdón, sino que también debo curarme solo, ¿cuándo pedí yo tan grande e ingrata responsabilidad? 

Y aunque en realidad no estoy loco, ¿por qué habría un loco de responsabilizarse de su demencia?

¿Quién eres tú para juzgarme?

¿Qué obligación tengo de responderte?

Tan sólo arrebatas sombrillas de frágiles manos, tan sólo levantas tupés de calvos inseguros, tan sólo viajas de un lado a otro causando destrozos, levantando polvo; desacomodando una pulcra mesa, de una casa a ventanas abiertas, donde las servilletas que deberían limpiar hocicos se ensucian al caer al piso por el que zapatos pisa-mierda acaban de pasear; tan sólo eres viento, ¿quién eres tú para juzgar mi locura?

Y no, ¡no estoy loco! 

¡Basta ya de hablarme al oído! 

DBCI
26/03/16

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