miércoles, 11 de abril de 2012

Abrigo en el destino...

El arquitecto de mi destino se ha perdido en los brazos del olvido. El asco de mi presente se ha encontrado con la muestra presente de tu felicidad.

Mi música se ha callado por no tener sinfonía que componer, mis latidos se han perdido en el espacio interior de mi ritmo cardiaco arrítmico.

Mis ojos han viajado desde lejos para ver lo que nadie debiera ver... ¡La maldita nada!.

Si nada me mantiene de pie, mucho menos tu recuerdo, entonces que las algas me amarren y que me apuñalen los dientes del tiburón espía, que nada más tengo yo que hacer hoy aquí en la tierra.

No hay nada que ver, nada nuevo, simplemente tú, abrazando al destino, tu camino, no el mío.

D.B.C.I. C.D.L.P. 11/ABRI/12

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