La del instinto:
Así como la tortuga recién nacida, por instinto, se dirige al mar, el humano resuelve problemas matemáticos, llegando estos últimos a nuestra historia del mismo modo que nosotros alcanzamos este mundo, naturalmente.
La de la capacidad mental:
Así como un chango aprende a pelar una banana, el humano lo hace para resolver problemas matemáticos, llegando estos últimos a nuestra historia del mismo modo que nosotros alcanzamos este mundo, naturalmente.
La del creacionismo:
Así como, gracias a Dios, el águila extiende sus alas para emprender el vuelo, logrando observar presas que desde el nido no ve, el hombre resuelve problemas matemáticos para simplificar la vida.
La verdad es que... Del mismo modo que no puede comprobarse que un átomo de hidrógeno se comporta igual en la tierra que en una galaxia a diez mil millones de años luz, ninguna de las anteriores hipótesis son erroneas o correctas. Mientras se imposibilite la comprobación, dependerá únicamente de la calidad de argumentos, convirtiendo, tristemente, toda ciencia o religión en pura filosofía.
Dedicado a
MARIO LIVIO.
DBCI
C.D.L.P. 22/02/2013