Los políticos, ricos
y sabios, no conocen la felicidad, pues es su deber trabajar para mantener al
pueblo ignorante. La felicidad absoluta, sin límites, en exceso y sin
complicaciones, si existiera, pudiera pertenecer, únicamente, al pueblo, quien
al mantenerse ignorante, pagará sin repelar los impuestos y medidas que se le
impongan, con tal de mantener esa felicidad.
Entonces, en el caso
mexicano, para ejemplificar; si la gente ignorante es la más feliz y, son los
ignorantes los que más votan por el PRI, y el PRI mantiene a la gente en la
ignorancia, ¿significaría que el PRI es felicidad?
Cuando una sociedad
está medianamente educada, comienzan las manifestaciones contra el sistema, los
medios y hasta contra quienes se manifiestan, pero nunca violentas, ni al grado
de provocar un cambio real. Es cuando los programas emergentes de la política y
los adinerados se echan a andar, haciendo creer al pueblo en general que ha
conseguido una victoria. Ejemplo, tomando nuevamente a México como ejemplo:
Andrés Manuel López Obrador como vencedor en las elecciones del próximo año
2018.
¿Derrumbar el
sistema será entonces admitir a un único partido en el poder, como una
dictadura infinita, donde al final la estabilidad económica sería alcanzada, y
la igualdad social realizada?
Y es que un partido
político, un gobierno o un estado que luchara y se invirtiera en el bienestar
del pueblo (si ese gobierno, partido político o estado existieran),
ofreciéndole -y convenciéndole de adquirir-, conocimiento, por tanto más
dinero, trabajaría en contra de la felicidad, pues impondría una lucha y
estrategias que no van de acuerdo a la paz y estabilidad sociales.
Lo anterior me lleva
a las siguientes reflexiones:
a) La democracia es
contraria a la felicidad humana.
b) Las elecciones
producen estrés social.
c) Votar no ofrece
nada positivo.
d) Una persona
ignorante se auto-emplea, adquiere cualidades y capacidades que, de otra
manera, no tendría oportunidad de poseer.
e) Las tecnologías
puestas al alcance del pueblo deben ser cuidadosamente seleccionadas por la
gente en el poder.
f) Aquel que busca
el poder carece de felicidad y pretende conseguirla por ese medio; aquel que
tiene poder, posee entonces conocimientos suficientes para haberlo adquirido,
por lo tanto no es feliz.
g) Si la felicidad
es imposible de alcanzar a través del conocimiento, entonces deben erradicarse,
absolutamente, o el conocimiento, o la felicidad.
No deseo dar a
entender que todos los pobres son felices, pues muchos de ellos son conocedores
de diferentes materias "útiles". Tampoco infiero que la pobreza sea
la única manera de obtener la felicidad, pues en la pobreza no se tendrían los
medios económicos necesarios para pagar los impuestos que exigen los del poder
para mantener a la gente ignorante. Me pregunto si, al final, después de
haber experimentado muchos sistemas político-económicos en la historia de la
humanidad, y no haber conseguido, a nivel mundial, la paz y justicia deseadas
para conseguir la felicidad individual, será entonces, que, debería
establecerse un único poder, el cual rija lo que se aprende, lo que se paga, lo
que se come, lo que se viste y vive, en general.
Independientemente
de lo que pueda resultar en un tiempo que no me tocará vivir, yo deseo seguir
aprendiendo, luchando en contra de lo que me parece erróneo, injusto y
ofensivo, aunque eso no me permita ser completamente feliz, pues no hay
resultados definitivos (socialmente hablando), sin haber experimentado todas
las opciones habidas y por haber.
Creo en el
aprendizaje por interés propio y no por beneficio de una población. Creo en la
individualidad humana, en la apertura -eliminación, en el mejor de los
casos-, de las fronteras internacionales, en la unión de la sociedad cívicamente
evolucionada, (aunque para evolucionar se deba violentar a las masas populares
y sobre todo a quienes mantienen el poder), independientemente del sistema
político-económico implantado, pues la misma sociedad (como se describió
párrafos antes) será, a fin de cuentas, quien termine implantando ese sistema.
Todo lo que haya dicho antes, que contradiga este documento, lo anulo
definitivamente, pues es cierto que, como dijo Karl Marx en el manifiesto
comunista “… la aplicación práctica de estos principios dependerá siempre, y en
todas partes, de las circunstancias históricas existentes…”, a excepción de la
eliminación de las fronteras, la desaparición de las naciones, la unión y la
legalización de las drogas.
Por ello genero esta
última conclusión:
La felicidad
absoluta no existe, es un invento de los sistemas en el poder, que se mantienen
en cambios programados y bien estudiados, para mantener a la población
interesada en el sistema, en la economía, en la política, en los ricos y, de
ese modo, convertirse (aquellos que mantienen el sistema), en ejemplo para la
sociedad, así obligándonos a tratar de ser como ellos, y creernos felices
mediante prácticas que no resultan en otra cosa más que en la aplicación de la
fuerza por parte del mismo estado hacia el pueblo, las leyes y el fascismo.
Es por ello que no
debe buscarse la felicidad, sino la paz individual, aunque para ello se deba
luchar violentamente contra el sistema en compañía de otras personas que desean
su propia paz, para derrocar las mentiras y el sometimiento.
DBCI
4/02/17
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