viernes, 20 de enero de 2017

De héroes nacionales a tiranos emperadores.







De héroes nacionales a tiranos emperadores.

El mismo discurso se ha dicho en otras épocas, y quienes lo han hecho son aclamados, ahora, héroes nacionales.

Trump es nacionalista, promete defender a toda costa a los Estados Unidos de América (yo no digo que sean sinceras sus promesas; de un político no creo nada), aunque eso les cueste a otras naciones. 

La gente se indigna por escucharlo, por leerlo, hasta por verlo, y al indignarse gritan "¡Viva México!" o "¡Viva Latinoamérica!", que me consta; aunque las redes sociales indican que esas consignas nacionalistas suceden al rededor del orbe, sin entender siquiera que eso... Eso mismo que ustedes gritan es precisamente lo que Donald Trump dice que hará por su nación.

¿A cuántos mexicanos no les hubiera gustado que el inútil y débil -pero muy traicionero-, Enrique Peña Nieto, hubiera dicho, por lo menos, lo que hoy dijo Donald Trump en su designación oficial como presidente de EUA? ¡Seguramente hasta de orgullo, con la piel de gallina, se hubieran levantado todos a aplaudir sus palabras!

¿Cuantos no han deseado que sea su país el que le dé una "patada en los huevos", "un susto", "una lección" al país del que ahora creen tener el derecho de criticar, defender u ofender, por el “mal” presidente que ellos mismos eligieron y que estos, los Estados Unidos de Norteamérica, estuvieran a su merced? 

¿Será que pueden, ustedes los indignados nacionalistas, entrometerse en las elecciones y decisiones de otra nación, pero si el presidente de esa nación promueve "¡Hagamos grande a América otra vez!”, se sienten ofendidos? Así de ridículo es el asunto. Así de obsoleto es el nacionalismo. Así de hipócrita es la gente. Así de crueles son las patrias y el sistema.

¿Protestas? ¿Gente saliendo a las calles a manifestarse, incendiando coches, gritando consignas contra el presidente? Las hemos visto en millares. No hay nada nuevo; cada cambio, cualquiera que sea, tiene oponentes. La diferencia es que veremos unos cuantos días (ojalá esté yo equivocado, y de eso surja algo más serio, grande, que se extienda a todo el planeta), las manifestaciones civiles de un país poderoso, que mantiene a los medios de comunicación a sus pies, pues vende; sabe bien cómo vender, y para muestra la historieta cómica donde, para ocultar su estupidez, culpan a Rusia de haber manipulado las elecciones. 

La gente en México se indigna porque Ford cedió a las presiones de Trump, y entonces no invertirá en una nueva planta de manufactura. ¿Es que acaso, nacionalista, la nación de la que te enorgulleces, no puede mantenerse, sostenerse, o por lo menos ser la misma que es actualmente sin la inversión de las grandes empresas norteamericanas? Y en el caso de que sí pueda/pudiera, ¿por qué te indignas? Y si no puede, ¿aceptas que tu nación sufre de una sería dependencia? ¿DÓNDE ESTÁ EL ORGULLO EN ELLO?

¿Cuánto tiempo más tardarán en entenderlo? ¿Cuánto tiempo permitirán, nacionalistas, que el destino de miles de millones de personas se concentre en unas cuantas?

No defiendo a Trump, ¡ni de broma!, no falta quien interpreta mal las palabras, por ello explico otra vez que yo defiendo la eliminación de la delimitación territorial; defiendo la unión social y la globalización sin conveniencias económicas, particulares, empresariales o imperiales; pero entonces, si debiera seguir su lógica nacionalista respecto al "¡Viva México, cabrones!", de la cual, orgullosamente me satisface presumir que me libre hace ya bastantes años, ¿no debería darme gusto: 1.- librarme un poco de los EUA, o, 2.- festejar que un nacionalista presidirá a la nación más fuerte del mundo?


DBCI
¡Ni patria, ni bandera! ¡Unión!
20 de enero de 2017.

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