No volveré a besarte, nunca más en la mejilla.
Aunque tú, como la media favorita, desgarrada y corroída que se
guarda en el baúl, que si no se ve se olvida, pero que nunca se desecha, pues es la del recuerdo, la más cómoda y a medida; tu recuerdo nunca tiraría.
No volveré a besarte, nunca más en la mejilla, ni en las fotos, ni en los sueños más locos.
Después del pasado que los días van arrasando, de lo ardiente de tus labios y lo caliente de tus manos, no volveré a besarte, nunca más en la mejilla, aunque el corazón me tiemble de miedo, la sangre me hierva y se me congele el aliento, no volveré a besarte, nunca más en la mejilla.
El deseo me ha cansado, aunque con la esperanza siempre a cuestas... No sé cuantas veces antes lo he asegurado.
La melodía dolorosa, que marida el alcohol, que te nombra en cada estrofa, que te menciona y me destroza; la que canto estando solo, acompañado de una idea, de tenerte nuevamente, siendo mía y para siempre.
Soy bebedor de ilusiones y pasiones, de senos y corazones; la resaca es tu recuerdo; irónicamente... También mi consuelo.
No volveré a besarte, nunca más en la mejilla; desgarrada y corroída... Te he guardado en un baúl.
DBCI
QRO., 9/12/14
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